CUALIDADES DEL CONDUCTOR DE UNA ORGANIZACIÓN e INSTITUCION
1. SABER ESCUCHAR, una de las cualidades más importantes del líder es la de estar disponible y saber escuchar. El líder provoca lo mejor de los demás permitiéndoles expresar lo que llevan en su interior.
2. Capacidad de Trabajo; como decía un personaje europeo, genio también es trabajo, la dedicación, constancia y seguimiento de la tarea emprendida, siempre es necesario seguir y perseguir.
3. Talento práctico o ejecutividad: es la capacidad de poner en funcionamiento una idea. Tener la habilidad de captar lo más esencial de cada cuestión. Darnos cuenta que lo mejor es enemigo de lo bueno y la perfección se alcanza en lo orgánico. La capacidad de organizarse define la realización de lo planificado.
4. Realismo: “la única verdad es la realidad” la acción es producto de la intuición y la imaginación pero con gran cuota de pragmatismo y de esfuerzos que exigían pero, al mismo tiempo, extraían de cada uno lo mejor de si mismo. unía a ello una gran capacidad de crear e innovar cuando la realidad lo requería.
5. Flexividad y sensibilidad: es tener la capacidad de variar nuestra opinión cuando la de los demás es de peso y si bien requiere ser firme en las decisiones, cuando se es seguro de una dirección, tener capacidad de autocrítica cuando un argumento demuestra error. Tener la capacidad de cambiar naturalmente lo analítico con lo intuitivo en la toma de decisiones.
6. Aceptación de los riesgos: someterse aceptando sus implicaciones, consagrarse a la providencia en sus momentos.
7. Tenacidad y constancia: implica estar convencido de la obra emprendida, la tarea con decisión y una perseverancia admirable; lo que decía Lebret “el que quiera dominar la situación ha de ir delante de ella” para ello hay que ver de antemano la realidad en sus causas y actuar sobre estas. Una vez empezado el combate hay que triunfar. No se puede jugar a medias, hay que ir hasta el fondo de la decisión. La acción siempre es un combate. El que actúa blandamente se asegura el fracaso total. En la acción hay que marchar más rápido que los acontecimientos e imponerles nuestro ritmo.
8. disponibilidad para dar participación y delegar. confiar plenamente en las personas, confianza dada por el grado de entrega del otro a la obra encomendada, mayor participación mayor responsabilidad.
9. Fortalecer la confianza en sí mismo: de los miembros, su sensación de eficacia y la creencia de que pueden conseguir lo que se propongan.
10. Animar a los miembros a confiar en los recursos internos que tan poco utilizamos a usar su intuición y la capacidad de improvisar e innovar en situaciones de incertidumbre y ambigüedad. Construir una profunda confianza y respeto entre los miembros del grupo y ayudar a cada participante a ir más allá de los prejuicios que nos devalúan.
11. Desarrollar un verdadero trabajo en equipo: poner a los miembros en situaciones que les hagan buscar profundamente dentro de sí mismos. Respetando el estilo de cada uno, sin olvidar la disciplina de grupo, de manera que los demás se adhieran a la obra que se emprende. Entendiendo que todos sirven a la construcción del mismo mundo, teniendo en cuenta el dicho “para conocer a las personas hay que ponerlos ha actuar”
12. Aprender con toda esta experiencia a ser flexible y adaptarse rápidamente al cambio y a nuevos entornos para poder dar una respuesta adecuada. Teniendo en cuenta que la acción es siempre adaptación a situaciones nuevas, a necesidades nuevas.
SUJETO A DEBERES Y DERECHOS
En el orden natural que conocemos por medio de la razón, el hombre constituye una persona, es decir un ser dotado de inteligencia y voluntad. Por medio de estas facultades es capaz de conocer la verdad y desear y querer el bien, lo que constituye el fundamento de su libertad, o capacidad de ser verdaderamente dueño y responsable de sus acciones, orientando el conjunto de su vida hacia lo que es bueno para la persona y para la especie humana y, por consiguiente, querido por Dios.
· El derecho a la Vida y la obligación de cuidar la vida en todas sus expresiones.
· El derecho a la verdad y la obligación de buscar la verdad, especialmente en el orden moral.
· El derecho al trabajo libre, creativo, digno y bien remunerado y la obligación de hacer bien el trabajo que se nos ha encomendado.
· El derecho a la libertad religiosa; de rendir culto a Dios, según el dictamen de nuestra recta conciencia.
· El derecho al desarrollo integral, a alcanzar calidad de vida, asumir nuestro rol de sujetos activos, protagonistas en todo proceso de desarrollo.
TENER PRESENTE QUE TODOS SOMOS RESPONSABLES DE TODOS.
Para ello es necesario una “Cultura de la Solidaridad” entre nosotros.